Las protuberancias que a menudo aparecen en la parte lingual o a los lados de la cavidad bucodental por un incremento excesivo del hueso, se denominan torus mandibular.
Por lo general, no ocasionan ningún riesgo para las personas que los padecen, sin embargo, pueden provocar ciertas molestias al comer, hablar, realizar el cepillado diario e incluso, en los casos más graves, perjudicar la anatomía bucal.
Si quieres descubrir las causas y saber qué hacer para tratar el torus mandibular… ¡Sigue leyendo este post!
Tipos de torus mandibular
Los odontólogos o higienistas bucodentales son los encargados de identificarlos mediante una revisión o consulta odontológica, aunque también puedes notar tú mismo unos bultitos en la boca tras tocarlos con la lengua.
No suelen notarse a simple vista a menos que se detalle con extrema profundidad la zona afectada y pueden aparecer cerca de los molares, caninos o en zonas subyacentes y/o cercanas a dichas piezas.
Los diferentes tipos de torus mandibular se clasifican según su localización, pudiendo erupcionar de tres maneras distintas:
Torus mandibular superior o palatino
Esta tipología se observa en el cielo de la boca o paladar y, por ende, acaba erupcionando justamente en el área superior de la cavidad bucal.
Se desarrolla formando una línea que recorre todo el paladar sin superar los dos centímetros de tamaño. No obstante, sus dimensiones y manifestaciones pueden transformarse, dependiendo del grado de afección de dicha protuberancia.
Torus mandibular inferior o lingual
En este caso, cuando se desarrolla en la parte inferior de la cavidad bucodental o en la zona de los premolares, por encima de la línea del músculo milohioideo, su dimensión y manifestación puede exceder los dos centímetros y convertirse en una gran cantidad de masa asimétrica.
Torus mandibular vestibular
Sucede cuando se desarrollan como una secuencia consecutiva y dispar de bultitos esparcidos por toda la mucosa y la cara vestibular, tanto de los dientes superiores como los inferiores.
¿Qué ocurre si padezco de torus mandibular?
No causan complicación alguna, por lo que no debes preocuparte, a no ser que la magnitud de estas protuberancias acabe variando su tamaño de manera desmedida.
Generalmente, la salud bucodental de la persona que padece esta anomalía bucal no perjudica el desarrollo de una vida completamente normal, sin embargo, pueden provocar:
- Variaciones en la mucosa oral.
- Desplazamiento dental de las piezas dentales tanto subyacentes como adyacentes.
- Sangrado leve.
- Dolor, molestia e incomodidad en la zona afectada.
- Mala higiene bucodental.
- Problemas a la hora de conversar, comer o pronunciar ciertas palabras de manera idónea.
- Lesiones y/o llagas bucodentales.
Puede suceder cuando la protuberancia se desarrolla en la parte inferior de la boca, impidiendo de esta manera el desplazamiento adecuado y conciso del órgano lingual, lo que complica la fonación o una adecuada pronunciación.
A su vez, suelen interferir en la limpieza diaria de la persona, generando halitosis o algunas infecciones bucodentales y/o afectar a los pacientes que llevan algún tratamiento odontológico, entorpeciendo el proceso de ajuste o su remodelación.
¿Cómo tratar el torus mandibular?
El tratamiento para el torus mandibular se recomienda siempre que el grado de afección sea extremadamente grave, como el desarrollo excesivo de los mismos y en diferentes tamaños.
La única persona especializada en realizar una intervención, extracción o cirugía del torus mandibular es el odontólogo o cirujano maxilofacial.
En este sentido, es de vital importancia asistir a las consultas programadas o visitar a un odontólogo de confianza si presentas alguna irregularidad en tu cavidad bucal. De este modo, será posible solucionar o detectar a tiempo cualquier afección bucodental.
¿Cómo es la cirugía para el torus mandibular?
Es un método sencillo con el que, a través de una exclusión quirúrgica de manera parcial o total, se extrae el hueso afectado por medio de una osteotomía en la base. Esta intervención tiene una duración aproximada de cuarenta a sesenta minutos, dependiendo del caso.
El procedimiento de esta intervención es el siguiente:
- Aplicación del tipo de anestesia, con el fin de evitarle al paciente cualquier dolor o molestia durante la cirugía.
- Esperar un tiempo estimado hasta que esta haga el efecto solicitado.
- Se realiza dependiendo del tamaño y la gravedad de la afección una diminuta o amplia incisión para sustraer esta anomalía.
- Se extrae el torus por medio de un osteótomo.
- Se sutura la incisión.
- Se aplica cemento quirúrgico en la zona afectada para proteger la herida durante el postoperatorio.
¿Qué se recomienda después de la cirugía para el torus mandibular?
Al finalizar la sustracción del torus mandibular, lo recomendable es cumplir a rajatabla las indicaciones y el suministro de los fármacos, como antiinflamatorios y/o analgésicos, que suelen ser recomendados por el especialista.
No obstante, la base para que cualquier tratamiento resulte exitoso recae en los cuidados posteriores tras la intervención, el reposo relativo domiciliario postoperatorio y cómo haya transcurrido la operación.
¿Cuáles son los cuidados postoperatorios del torus mandibular?
Los cuidados postoperatorios harán que alivies y mantengas un buen control del dolor y la inflamación causada en la intervención, restableciendo tu ritmo de vida normal al cabo de cinco a siete días. No obstante, entre lo más frecuentes y recomendados encontramos:
- Establecer una dieta rigurosa de alimentos blandos, líquidos y que se encuentren a temperatura ambiente.
- Atención dental e higienización correctiva: la higiene bucodental ayudará en gran medida a evitar problemas en la cicatrización, posibles infecciones o la aparición de ciertas patologías.
- De igual manera se debe excluir por completo el consumo de tabaco, cigarrillos y/o bebidas alcohólicas, por lo menos, hasta una completa y exitosa recuperación.
¿Qué provoca la aparición del torus mandibular?
Los torus mandibulares no suelen presentarse o aparecer en todas las personas, aunque perjudica sobre todo a aquellas mujeres adultas que han finalizado su pubertad o a causa de:
Genética
El desarrollo del torus mandibular es más frecuente en aquellas personas cuyos padres han pasado por esta patología en algún momento de su vida.
Estrés y ansiedad
En relación con estos problemas encontramos el tema del bruxismo, debido a que el desequilibrio emocional y mental de una manera u otra afecta al inconsciente de las personas, haciendo que acaben presionando de forma desmedida la mandíbula.
Este pequeño, pero feroz, mal hábito diurno o nocturno ayuda en el proceso de desarrollo del torus mandibular, estimulando el crecimiento indebido del hueso a causa de la presión ejercida en la mandíbula a lo largo del día.
Contrariedades en la articulación temporomandibular (ATM)
Las dificultades que se producen en relación con el mal desarrollo de la ATM afectan tanto a la abertura de la cavidad oral como al hueso en sí, provocando el crecimiento inusual de esta composición.
Traumatismos
Cualquier impacto traumático profundo puede provocar que la estructura ósea se desajuste e, incluso, empiece a hipertrofiarse y tensarse, causando el desarrollo del torus mandibular.
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